Fuente Encalada, de «facendera»

Los vecinos cumplen un año más la tradición de realizar trabajos en beneficio de la comunidad

M. A. CASQUERO En muy pocas ocasiones se ve a tantos trabajadores en las calles de los pueblos. Provistos de azadones, picos y palas, rastrillos, tijeras de podar, cepillos de barrer, los vecinos de Fuente Encalada, al igual que en otras localidades de la comarca benaventana, aunque cada vez menos, atienden la convocatoria municipal para realizar trabajos en común en beneficio de la comunidad. El toque a arrebato de la «facendera» o «yera» en el pueblo coincidiendo con la jornada de carnaval sigue teniendo la misma convocatoria, tanto si se efectúa con el tañido de las campanas como con el disparo de cohetes en el caso de Fuente Encalada.


Eran las nueve de la mañana del martes de carnaval y los vecinos de Fuente Encalada que en la tarde noche anterior habían organizado los grupos de trabajo para la «facendera» local, no sabían si tenían que comenzar las labores previstas. Los copos de nieve caídos entre las 8.15 y las 9.10 horas venían a «amargar» la jornada. El alcalde en funciones, Victorino Núñez, daba instrucciones a las 9.30 horas, una vez que la climatología se volvía más apacible, para que el disparo de un cohete convocase a los vecinos a los trabajos comunitarios. Todos entendieron el atronador sonido del cohete en el cielo. Un tractor con remolque y varios vecinos se aprestaban a salir hasta el monte para la corta de leña que serviría en la plaza para asar las carnes.


Otro tanto hacía el alguacil acompañado de otros vecinos al cargo de una cuba de hormigón, trasladada desde el Tera, para «tapar» los baches del camino asfaltado hasta San Pedro de la Viña. Un grupo de mujeres se encargaban de rellenar los socavones en el pavimento. Brigadas de improvisados operarios realizaron durante la mañana los trabajos de acondicionamiento de jardines, podas de los árboles, limpieza de calles, limpieza de sumideros de las aguas pluviales. Unas labores en común que merecían después el reconocimiento de todo un pueblo. De eso se trata la «facendera» o «yera». Las inmediaciones del Ayuntamiento hacían de improvisada cocina para el asado de carnes que servirían de almuerzo para los vecinos. El vino de la tierra se dejaba sentir entre los comensales. Las brasas de la hoguera todavía se hacían notar ayer ya que el almuerzo se prolongó con la cena. Unas calientes sopas de ajo servían para reposar. Juegos y diversión entre los vecinos auguraban un cierre de carnestolendas emplazándolos al próximo año.


Cada año la «facendera» de Fuente Encalada cuenta con menos gente como consecuencia del envejecimiento, verdadera causa de la despoblación. Aunque eso sí, en este pueblo se resisten a perder esta ancestral costumbre que les permite realizar tareas municipales sin que le cueste un euro al Ayuntamiento, o al menos muy poco. El fomento de la convivencia es precisamente otra de las cuestiones en las que ahora se basa el continuar con la tradición.